Las vacaciones de los niños pueden generar cambios en las rutinas que los padres tienen a lo largo del año lectivo de los pequeños. De transcurrir al menos media jornada en la escuela, lo más chicos pasan a estar prácticamente el día completo en casa. A raíz de eso, las llamadas “actividades extraescolares” toman más relevancia durante los meses de verano y para los adultos no es tarea fácil mantener entretenidos a sus hijos.

Al momento de pensar en qué hacer en Tucumán desde mediados de diciembre hasta fines de febrero, las opciones que aparecen son variadas. Las familias que tienen la posibilidad de viajar fuera o dentro de la provincia, lo hacen y la “tarea” de los padres queda en gran parte solucionada.  

Pero ojo, quienes se quedan, también tienen opciones al alcance de la mano. Para los que prefieren las actividades al aire libre, aparecen propuestas tales como El Cadillal a escasos kilómetros de la Capital tucumana, los senderos de Horco Mollo, en la ciudad de Yerba Buena, o el cerro San Javier, en la misma localidad. 

En este último, se puede vivenciar el contacto más puro con la naturaleza propia de nuestro territorio. De hecho, inmerso en el cerro y camuflado entre los árboles de San Javier, se ubica Raki Tucumán, el parque aéreo más grande del Norte argentino. Ubicado en avenida Aconquija 3.210, el lugar cuenta con 96 juegos de arborismo para grandes y niños (desde 7 años), la palestra más alta de la región y tres líneas de tirolesa. Además, un bar con las opciones más ricas. Sus características lo convierten en una de las mejores opciones al momento de pensar en vacaciones para los niños.

El parque abre sus puertas de miércoles a domingo, de 10 a 14 durante la mañana y de 14 a 22 por la tarde, siendo el último ingreso a las 19. Ofrece opciones para toda la familia y la posibilidad incluso de celebrar cumpleaños u otros eventos. 

Por qué elegir actividades al aire libre

El verano, siempre con los cuidados necesarios por las altas temperaturas, es la época ideal para realizar las actividades al aire libre que durante el año se dificultan por las obligaciones que deben cumplir adultos y chicos. 

De hecho, están altamente recomendadas para los más pequeños porque les permite desarrollar destrezas que de otro modo no lograrían, vincularse con la naturaleza y compartir con sus pares y familiares fuera del ámbito de la escuela y comenzar de a poco a desarrollar el sentido de responsabilidad con el medio ambiente.